Proyecto

Ubicado en la falda del Cerro Manquehue, en el sector de Lo Curro, se encuentra un jardín que ha sido objeto de una transformación radical, diseñada para armonizar con el espectacular entorno natural. Este proyecto de remodelación ha preservado algunos pocos árboles de notable calidad, testimonios del antiguo paisaje, mientras que el resto del espacio ha sido meticulosamente aterrazado, creando niveles y plataformas que se despliegan a lo largo de la ladera.

Los muros de piedra, elemento distintivo de este jardín, no solo cumplen una función estructural, sino que también añaden un carácter rústico y natural, resonando con la textura y los colores del cerro circundante. Estos muros sirven como soporte para las terrazas y como elementos decorativos, integrando el diseño del jardín con el entorno.

Las gradas que conectan las diferentes áreas del jardín son más que simples medios de acceso; son invitaciones a explorar y descubrir cada espacio único. La primera parada en este viaje a través del jardín es el acceso a la huerta, un espacio dedicado al cultivo de una variedad de plantas comestibles y ornamentales, donde la práctica de la jardinería se convierte en una experiencia sensorial y educativa.

Más allá de la huerta, se encuentra la casa con su patio, un área que sirve como el corazón del hogar, ofreciendo un espacio íntimo para el esparcimiento y la convivencia. Este patio, cuidadosamente diseñado, funciona como una extensión natural de la casa, borrando los límites entre el interior y el exterior.

Descendiendo por las gradas, se llega a la piscina, ubicada en una plataforma inferior. Esta área se presenta como un oasis de frescura y relajación, invitando a los momentos de tranquilidad y contemplación.

Finalmente, el recorrido concluye en un gran patio, una explanada de maicillo que ofrece un espacio versátil para múltiples actividades.