Proyecto

Este jardín ubicado en Zapallar, se desarrolla en la pendiente natural del cerro en el que se asienta.

El jardín se extiende suavemente a lo largo de la pendiente, integrándose con el paisaje circundante mediante una selección cuidadosa de vegetación nativa y especies exóticas. Esta mezcla ha sido elegida no solo por su estética complementaria, sino también por su capacidad de coexistir con mínima intervención humana, asegurando una baja mantención. Plantas nativas como el molle  se entrelazan con especies exóticas resistentes al clima costero, creando una sinfonía de colores y texturas que cambian con las estaciones.

El diseño se articula al desnivel del terreno, permitiendo un recorrido que une el acceso con la parte superior del jardín. Piedras locales y senderos guían los paseos por el jardín, donde el aroma de la vegetación se mezcla con el aire salino del mar, evocando una sensación de conexión con la naturaleza que es tanto íntima como expansiva.

En este jardín de Zapallar, la naturaleza y el diseño se unen en un diálogo constante, donde se siente en la armoniosa selección y disposición de cada elemento, pero siempre dejando que sea la belleza natural del entorno la protagonista. El resultado es un espacio que no solo embellece el paisaje sino que también fomenta la biodiversidad y ofrece un refugio sereno tanto para sus habitantes como para la fauna local.